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Este tipo de sordera ocurre porque algo falla en los órganos sensoriales del oído interno.

Suele manifestarse tras sufrir algún tipo de infección, algún traumatismo en el cráneo, por el consumo de medicamentos ototóxicos (especialmente una sobredosis) o por enfermedades autoinmunitarias, entre otras causas.

La pérdida súbita de audición neurosensorial se produce de una manera muy repentina e inexplicable y generalmente, es una hipoacusia de moderada a grave.

Puede surgir de una manera instantánea o aparecer en el transcurso de horas o días.

Las personas que lo sufren se dan cuenta de esta afección normalmente por la mañana cuando se despiertan y otros la detectan porque escuchan una especie de sonido explosivo (como un “POP” en el momento antes de perder la audición.

Hay que resaltar que en casi todos los casos en los que se produce la sordera súbita, se presenta solo en un oído.

Algunos de sus síntomas son:

• Sensación de tapón en el oído
• Mareos
• Vértigos
• Tinnitus

A veces, las personas que la sufren no consultan al médico rápidamente porque piensan que su pérdida de audición puede deberse a alergias, sinusitis, cera que tapona el conducto auditivo… Sin embargo, los síntomas anteriormente mencionados deben considerarse como una emergencia médica y se debe acudir al médico de inmediato.

Alrededor del 50% de las personas que los sufren recuperan posteriormente toda o casi toda su audición, pero retrasar el diagnóstico y su tratamiento puede ocasionar que disminuya la eficacia del mismo.